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Verdadera joya de Ixelles, este tranquilo y encantador rincón verde donde conviene relajarse un momento es perfecto para una pequeña pausa bajo el sol o para un tranquilo paseo.
Es de destacar la limpieza del local y el cuidado puesto en el mantenimiento de los espacios verdes.
También es un gran lugar para observar las idas y venidas de la ciudad mientras estás un poco atrás, en tu propia burbuja de tranquilidad.
Lo bueno es su gran proximidad al transporte. Ya sea que vayas a pie, en bicicleta o en transporte público, estás muy bien conectado. Las paradas de autobús (Sciences, Luxemburgo, Trône), así como la estación de Bruselas-Luxemburgo (y además la de Bruselas-Central) están a un paso, lo que hace que este lugar sea muy accesible. Ideal para una escapada de relax sin preocuparse de cómo llegar o volver.
En definitiva, una visita obligada para recargar pilas sin alejarse mucho del centro de Ixelles. Una pequeña perla urbana, un auténtico remanso de paz que no debe perderse quien busque un momento de calma en el corazón de Ixelles.
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